🟦🟩🟥 Siempre pensó en hacer el bien a las demás personas y fue el que pensó en fundar las comunidades de #JuanitoMora y #ManuelMora
Puntarenas. Llegó hasta el sexto grado de primaria en la Escuela El Carmen pero su intelecto viajó a años luz para la época en la que vivió.
Fue instruido como pocas personas en aquella Puntarenas de los años 50s y 60s y trabajó con su espalda y hombres cargando y descargando barcos en el Muelle Grande cuando a sus casi 15 años empezó a trabajar en la Cuadrilla 6.
Oriundo del Barrio El Carmen, don Gregorio vivió toda su vida amando a su Puerto y luchando por cuidar los derechos de cada uno de los hombres y mujeres que hicieron grande a Puntarenas y Costa Rica a través de las exportaciones e importaciones.
Cargó sacos de azúcar, café, trigo, sorgo, abonos y hasta el hierro que entraba al país.
Los estibadores siempre tuvieron un trabajo muy pesado pues en aquellos tiempos no había ni maquinaria ni alta tecnología como ahora y todo era manual y a puro hombro.
Tanto así, que cuentan los abuelos que fueron estibadores que ellos se curaban las ampollas de las manos afectadas por el roce de los sacos orinando en sus manos y así se curaban las manos. Y don Cholo vivió esa parte del trabajo.
Siempre fue aplicado en su trabajo. Responsable al máximo y hacía sus funciones muy rectamente.
Primero como #estibador (cargador y descargador de materia prima de los barcos) y luego como #portalonero (quien dirige las maniobras de carga y descargas a través de señales a los guincheros en cada cubierta de los barcos).
Don Gregorio fue uno de los principales luchadores del Sindicato de trabajadores marítimos, ferroviarios y de muelles en Puntarenas y siempre basó sus luchas en la lectura y más lectura y más lectura del Código de Trabajo y de las leyes.
Y sin ser abogado, supo defender los intereses colectivos de quienes trabajaban arduamente en las labores del muelle tanto en Puntarenas centro como en Caldera.
Para sus luchas se preparó y capacitó. Y también viajó fuera del país: Francia, Cuba, Singapur, Rusia, Indonesia fueron destinos que no solo conoció sino que fue a aprender más sobre los procesos portuarios pero también sobre la defensa de los derechos de los trabajadores.
Hoy su legado queda y no queda impune, pues el Sindicato de los ex trabajadores del Incop siguen su ejemplo de no claudicar para cuidar a cada una de las familias de quienes dieron su vida por la economía de Costa Rica en los puertos del Pacífico.
Gracias don Cholo, por todo lo que le diste a tu Puntarenas qué amaste.


