El Roble Puntarenas. La historia de vida de Patricia Mesen Arias es la historia de una mujer que se enamoró de lo que hace y por ende le toma la seriedad del caso porque ella desde que instituyó su negocio lo valora como el mayor de los negocios que hay en el mercado de los pasteles.
De hecho, antes de tener su local comercial en el Roble, ella estudió pastelería en San José y vivía en San Miguel de Barranca y tenía personas que desde Esparza, el Puerto, Miramar, Chomes y hasta de Monteverde le encargaban queques.
Es por eso que llegó a abrir su negocio y en los últimos 17 años sus clientes que día a día, semana a semana y fin de semana a fin de semana llegan hasta el mostrador de Tentaciones para retirar el queque que han solicitado días atrás.
Ella es oriunda de la parte alta de Montes de Oro, pues sus padres son de Zapotal y con esa alegría y paz que da vivir en el campo, se fue criando con un espíritu de creatividad que hoy por hoy lo pone en práctica en sus queques.
A Patricia, quien tiene un hijo de 16 años, le gustó la costura y la pastelería; sus dos pasiones con las que ella se siente realizada pero con #Tentaciones aún más porque en su conciencia hay una paz y alegría porque ella genera empleo principalmente a mujeres que también hacen grande su local.
